A modo de introducción, tener una panorámica general del origen de las capillas domiciliarias y del contexto en que se desarrollan, teniendo en cuenta la raigambre popular de esta costumbre vigente todavía en muchos lugares del Centro de Europa, de Hispanoamérica y de España.
La referencia más arcaica que encontramos en la documentación que hemos consultado, aunque no hemos podido corroborar por tratarse de una revista que no cita la fuente de donde ha sacado los datos que expone, nos habla de que su origen se remonta al siglo XV, o incluso anterior:
“Las primeras capillitas u hornacinas –urnas de madera que contienen la imagen de un Santo o una Virgen protegida por un cristal– surgen de la devoción a la Virgen y a los Santos por parte de la comunidad franciscana y de las órdenes de caballerías medievales. En el capítulo ‘visitas domiciliarias de los frailes franciscanos’, se relata como las hornacinas de la Virgen del Carmen, San Antonio de Padua y San Francisco de Asís, circulaban por los hogares según un orden preestablecido, para unir en la oración y en la piedad a las familias devotas. Junto a ellas, a veces figuraban un libro de oraciones y una hucha para depositar limosnas”.
De ser cierta esta teoría es muy probable que la orden franciscana en la etapa de adoctrinamiento del recién descubierto continente americano fuera la encargada de difundir esta forma de culto para evangelizar a los indígenas. Tiene lógica esta teoría ya que la orden franciscana fue una de las encargadas en la tarea de convertir a los indígenas en creyentes y precisamente las imágenes que ocupan nuestro estudio eran más fáciles de transportar a lejanas distancias. Hemos encontrado documentación de que en la actualidad esta tradición aún perdura tanto en algunos lugares de Norteamérica como de Sudamérica.
Lo que sí hemos podido contrastar con fuentes más fiables es que la Contrarreforma es un momento de cultivo desde el que se fomenta este tipo de devociones y de otras similares. El profesor barcelonés Josep M. Garrut i Roma defiende que la influencia de la devoción a estas capillas vecinales y a las advocaciones que representan fue fomentada desde las iglesias a las casas, como reacción al protestantismo. Que, a pesar de ello, debido a su aspecto popular, la propagación de esta tradición fue instantáneamente mantenida y consolidada por los devotos laicos, siendo las mujeres las que de manera preponderante cuidaron y alimentaron esta costumbre.
Prueba del fomento de estas devociones por parte de la Iglesia es que en la actualidad aún ciertas congregaciones, como la de los Salesianos, cultivan este tipo de devociones entre las familias cercanas a su círculo, aunque en la gran mayoría de los pueblos en los que aún se mantienen en circulación, las órdenes religiosas se han despreocupado de intensificar este culto, perviviendo estas prácticas gracias a la labor de las celadoras y coros.
Tradición social en torno a la capilla.
Las capillas domiciliarias, que como ya hemos explicado son unas pequeñas cajas de madera y cristal en cuyo interior se albergaba la figura de algún santo o virgen que era venerado y cuidado por las mujeres, cómo aquellas nos han servido para descubrir y conocer el papel de la mujer en ese siglo pasado y en la pervivencia de esta tradición.
Esta era una costumbre meramente femenina que se transmitía de unas generaciones a otras. Así encontramos a las órdenes religiosas laicas de mujeres que propagaban este culto.
Papel organizativo de la mujer en la tradición:
- Celadoras: son las responsables de la capilla, primero se encargan de buscar a la gente y luego de revisar y renovar la lista, si hace falta, aparte de recoger el dinero y de llevarlo a la parroquia, que es la encargada de invertirlo en un fin determinado. Hecho esto la pone de nuevo en funcionamiento, antes la limpia y prepara. En caso de que ésta no llegue, la busca por las casas hasta dar con ella para ponerla en funcionamiento nuevamente. Es también la encargada de elaborar el listado y tiene que estar al tanto de la gente fallecida o que cambia de residencia.
- Coro: son las mujeres que se encontraban en la lista de la capilla que iba pasando de casa en casa de las mujeres del listado. Tiene una composición de treinta personas, y se pasan la capilla al anochecer, no reteniéndola más de veinticuatro horas.
- Titular: Es la dueña de la capilla, comprada por algún familiar suyo o por ella misma. Esta puede retirarla de circulación en el momento que lo desee, que generalmente ocurre en caso de fallecimiento de la misma o por el mal estado de conservación de la capilla.
Rituales.
Cada capillita lleva o llevaba en una de sus puertas una oración dedicada a la advocación de la imagen, y en la otra un listado de las familias que la reciben o recibían junto con el barrio al que estan adscritas. Para cada capilla hay treinta hogares que se comprometen por turno a acoger la imagen. Cada persona o familia tiene la capilla un día en su domicilio y se encarga de pasarla al anochecer al vecino siguiente de la lista. “En cada hogar la imagen es recibida, custodiada, y despedida con cariño y gratitud”.
En cuanto a las oraciones específicas, en la actualidad muchas de estas hornacinas portátiles circulan sin ellas, por haberse perdido. En estos casos se le reza la oración que cada cual elige. Pero hemos encontrado otras con la oración específica dedicada de una manera especial a la advocación a la que va dirigida. Sabemos que en un principio en lugar de estas oraciones ir adosadas en la parte interior de una de las puertas que forma el tríptico, cada capilla iba acompañada por un librito de oraciones.
Dentro de la función ritual que podríamos destacar en este tipo de oraciones, destacando que en la actualidad se sigue manteniendo, es la de pedir “favores” a estas imágenes por cada persona que las acoge. A cada imagen se le hacen plegarias relacionadas con la advocación.
“Entronizar la capilla de la Virgen en el lugar de la casa donde pueda ser mejor atendida, se le enciende, si es posible, una luz, como símbolo de la fe y devoción de la familia”.
Cuando te traen la capilla, se coloca en la mejor parte de la casa, una buena mesa, o basar, adornado con una bella tela bordada de hilo o puntilla, y se abre. Suele rezarse todas las noches en familia alguna oración, o incluso, algún que otro rosario.
Otro ritual que merece la pena reseñar es el poner un velón para iluminar, y como señal de oración y respeto, velón (primitivamente una lamparilla o mariposa, se encendía una lamparilla de aceite, en la que se ponía una especie de círculo de corcha y cartón, con una pequeña "torcía", se encendía esta o varias a la vez) como símbolo de la luz que aporta al hogar la presencia de esta imagen haciendo de faro que ilumina y guía sus vidas, costumbre que pervive aún entre las devoto/as que reciben la imagen. También nos hablan de este simbolismo, así como del lugar preferente que debe ocupar la imagen en los hogares de acogida, y se mantiene encendido mientras la "visita" de la capilla domiciliaria, está en la casa.
Otro ritual que aún perdura en algunas familias es la de ponerle a la Virgen acogida en su casa flores en el mes de María.
Fines que persigue esta tradición.
Los distintos propósitos de estas capillas como son: la difusión de la fe cristiana, la popularización de ciertas imágenes, también el fomento de un entorno familiar cristiano y, finalmente, el recaudatorio.
El fin primordial de estas capillitas es la difusión popular de la devoción y creencias cristianas, fomentando con la creación de éstas, el fervor y la fe.
Las capillas domiciliarias también fueron un método de catequesis que se adecuaba sobre todo a la gente sencilla.
“cumplieron desde sus orígenes una misión claramente apostólica, es decir, una misión evangelizadora entre el pueblo llano, especialmente entre las personas de escaso nivel cultural, que apenas sabían leer y escribir y que necesitaban de esta catequesis plástica que representaban los grabados primero y las imágenes después para comprender el misterio de la religión. Es, por tanto, una forma de cristianización muy curiosa. De aquí que las órdenes religiosas, cofradías o las parroquias se valieran de ellas para la difusión entre las gentes de sus diversos carismas o para potenciar el culto y la devoción popular hacia una determinada imagen o advocación. Así el caso de las capillas domiciliarias de la Trinidad o de la Inmaculada son un claro exponente de lo que hemos expuesto. La gente sencilla comprendería mucho mejor estos misterios de la fe a través de las imágenes...”.
De hecho, existe una promoción por parte de órdenes religiosas, cofradías y parroquias.
La finalidad esencial de estos objetos sería fomentar la veneración a la Virgen y a los Santos, en especial las recién nacidas advocaciones de cada época en la que se originan.
“Otro modo de honrarles y favorecer su devoción, y sobre todo en localidades en las que nacieron o sufrieron el martirio, o en las que realizaron proezas importantes, es la de las capillas domiciliarias que van recorriendo los hogares, pudiéndose facilitar a la vez a cada familia alguna revista religiosa, pagada con los fondos que suelen obtenerse en las huchas de referidas capillas, consiguiéndose así, al mismo tiempo, hacer beneficioso apostolado “.
Otra de las funciones que cumplen estas capillas es la unión de la familia en torno a ellas y de las creencias cristianas.
“1. Orientar las familias hacia Dios y formar en cada hogar un pequeño santuario.
2. Promover la oración ‘en familia’ para que se cumpla la célebre frase: ‘Familia que reza unida, permanece unida’.
3. Renovar la vida cristiana de quienes la reciben en su casa”.
Finalmente podemos señalar el recaudatorio.
“También es costumbre hacer con las limosnas de la hucha que lleva incorporada, que se destine a obras de caridad”.
Capilla domiciliaria de María Santísima de la Esperanza de la Hermandad de los Estudiantes de Oviedo.
La Hermandad y Cofradía de Los Estudiantes peregrino el jueves 14 de septiembre de 2017, a las 18:30 horas, a la Catedral de San Salvador de Oviedo, para conseguir las gracias del Jubileo de la Santa Cruz, por concesión especial del Vaticano.
Este Jubileo tuvo lugar entre los días 14 y 21 de septiembre, y sabido es que se debieron cumplir una serie de condiciones para alcanzar la indulgencia, además de la visita a la Catedral, como son el rezo de un Padrenuestro y un Credo, la Confesión, la Comunión y la oración por el Sumo Pontífice.
Además, ese mismo día tuvo lugar un acontecimiento muy importante para la Hermandad y Cofradía de Los Estudiantes, la Solemne Bendición, por parte del Deán de la Catedral de San Salvador, D. Benito Gallego, de la Capilla Domiciliaria de la Esperanza de Oviedo.
La Junta de Gobierno de la Hermandad y previa solicitud escrita posibilita entre sus Hermanos la estancia en su domicilio particular de la Capilla domiciliaria de María Santísima de la Esperanza, perteneciente a la Hermandad de los Estudiantes de Oviedo, aceptando incondicionalmente los siguientes términos:
1.- Compromiso de entrega y devolución en el plazo de 4 días hábiles en el lugar en que el Diputado de la Junta de Gobierno designado responsable le indique en el momento de su recogida.
2.- Durante el tiempo que esté en su poder, absoluta responsabilidad sobre la capilla y la imagen, su cuidado, mantenimiento y uso.
3.- El solicitante se hará cargo del coste de la reparación de cualquier desperfecto que se pudiera causar eventualmente a la Capilla Domiciliaria durante el período en que ésta se halle bajo su responsabilidad.
4.- Queda terminantemente prohibido ceder la Capilla a cualquier otra persona, hermano de la Cofradía o ajeno a la misma durante el período asignado al solicitante responsable, así como su exposición en lugares públicos si no ha sido aprobado expresamente por escrito por la Junta de Gobierno.
5.- En el caso de que el solicitante necesitara tener en su domicilio más tiempo la Capilla por causa de fuerza mayor (enfermedad o similar) el tiempo extra asignado ha de ser aprobado expresamente por escrito por la Junta de Gobierno.
5.- El solicitante se compromete a avisar al siguiente hermano al que corresponda el turno de tener la Capilla cuando ésta vuelva a estar disponible para su recogida, según el número de orden establecido por la Junta de Gobierno.
5.- Cualquier infracción de estas normas será sancionada de acuerdo con el reglamento interno de la Hermandad sobre el uso y mantenimiento de patrimonio, aplicando según informe del Hermano Fiscal de la Junta de Gobierno las medidas sancionadoras estimadas.
Bajo la protección de María, ¡Dios lo quiere!
Artículo enviado por: Jesús Manuel Cedeira Costales
Fuentes:
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