sábado, 11 de abril de 2020

DOMINGO DE RESURRECCIÓN







I° VISPERAS

Sábado por la tarde

SALUDO INICIAL
V. Dios mío, ven en mi auxilio.
R. Señor date prisa en socorrerme. Gloria al Padre, al Hijo, y al Espíritu Santo como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. Aleluya.

HIMNO
¿Quién es este que viene,
recién atardecido,
cubierto por su sangre
como varón que pisa los racimos?

Éste es Cristo, el Señor,
que venció nuestra muerte
con su resurrección.

¿Quién es este que vuelve,
glorioso y malherido,
y, a precio de su muerte,
compra la paz y libra a los cautivos?

Éste es Cristo, el Señor,
que venció nuestra muerte
con su resurrección.

Se durmió con los muertos,
y reina entre los vivos;
no le venció la fosa,
porque el Señor sostuvo a su elegido.

Éste es Cristo, el Señor,
que venció nuestra muerte
con su resurrección.

Anunciad a los pueblos
qué habéis visto y oído;
aclamad al que viene
como la paz, bajo un clamor de olivos.

Éste es Cristo, el Señor,
que venció nuestra muerte
con su resurrección. Amén.

SALMODIA
Ant. 1. Lámpara es tu palabra para mis pasos, luz en mi sendero. Aleluya

Salmo 118, 105-112
Lámpara es tu palabra para mis pasos,
luz en mi sendero;
lo juro y lo cumpliré:
guardaré tus justos mandamientos;
¡estoy tan afligido!
Señor, dame vida según tu promesa.

Acepta, Señor, los votos que pronuncio, enséñame tus mandatos;
mi vida está siempre en peligro,
pero no olvido tu voluntad;
los malvados me tendieron un lazo,
pero no me desvié de tus decretos.

Tus preceptos son mi herencia perpetua,
la alegría de mi corazón;
inclina mi corazón a cumplir tus leyes, siempre y cabalmente.

Ant. 1. Lámpara es tu palabra para mis pasos, luz en mi sendero. Aleluya

Ant. 2. Me saciarás de gozo en tu presencia, Señor.

Salmo 15
Protégeme, Dios mío, que me refugio en ti;
yo digo al Señor: " Tú eres mi bien."
Los dioses y señores de la tierra
no me satisfacen.

Multiplican las estatuas
de dioses extraños;
no derramaré sus libaciones con mis manos,
ni tomaré sus nombres en mis labios.

El Señor es mi heredad y mi copa;
mi suerte esta en tu mano:
me ha tocado un lote hermoso,
me encanta mi heredad.

Bendeciré al Señor, que aconseja,
hasta de noche me instruye internamente.
Tengo siempre presente al Señor,
con él a mi derecha no vacilaré.


Por eso se me alegra el corazón,
se gozan mis entrañas,
y mi carne descansa serena.
Porque no me entregarás a la muerte
ni dejarás a tu fiel conocer la corrupción.

Me enseñarás el sendero de la vida,
me saciará de gozo en tu presencia,
de alegría perpetua a tu derecha.

Ant. 2. Me saciarás de gozo en tu presencia, Señor.

Ant. 3. Al nombre de Jesús toda rodilla se doble en el cielo y en la tierra. Aleluya.

Cántico
Flp. 6-11
Cristo, a pesar de su condición divina,
no hizo alarde de su categoría de Dios;
al contrario, se anonadó así mismo,
y tomó la condición de esclavo,
pasando por uno de tantos.

Y así, actuando como un hombre cualquiera,
se rebajó hasta someterse incluso a la muerte y una muerte de cruz.

Por eso Dios lo levantó sobre todo
y le concedió el "Nombre-sobre-todo-nombre";
de modo que al nombre de Jesús
toda rodilla se doble en el cielo, en la tierra, en el abismo
y toda lengua proclame:
Jesucristo es Señor, para gloria de Dios Padre.

Ant. 3. Al nombre de Jesús toda rodilla se doble en el cielo y en la tierra. Aleluya.

LECTURA BÍBLICA
(Col. 1,3-6a)
Damos gracias a Dios, Padre de nuestro Señor Jesucristo, en todo momento, rezando por vosotros, al oír hablar de vuestra fe en Jesucristo y del amor que tenéis a todos los santos, por la esperanza que os está reservada en los cielos, sobre la cual oísteis hablar por la palabra verdadera de la Buena Noticia, que se os hizo presente, y está dando fruto y prosperando en todo el mundo igual que entre vosotros.

RESPONSORIO BREVE
V. De la salida del sol hasta su ocaso, alabado sea el nombre del Señor.
R. De la salida del sol hasta su ocaso, alabado sea el nombre del Señor.

V. Su gloria se eleva sobre los cielos.
R. Alabado sea el nombre del Señor.

V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R. De la salida del sol hasta su ocaso, alabado sea el nombre del Señor.

CÁNTICO EVANGÉLICO
Ant. Mi espíritu se alegra en Dios mi salvador.
Cántico de la Santísima Virgen María

PRECES
Demos gracias al Señor que ayuda y protege al pueblo que se ha escogido como heredad, y recordando su amor para con nosotros supliquémosle diciendo:

Escúchanos, Señor, que confiamos en ti

Padre lleno de amor, te pedimos por el Papa Benedicto XVI y por nuestro obispo N. protégelos con tu fuerza y santifícalos con tu gracia. Escúchanos, Señor, que confiamos en ti
Que los enfermos vean en sus dolores una participación de la pasión de tu Hijo, para que así tengan también parte en su consuelo. Escúchanos, Señor, que confiamos en ti
Mira con piedad a los que no tienen techo donde cobijarse y haz que encuentren pronto el hogar que desean. Escúchanos, Señor, que confiamos en ti
Dígnate dar y conservar los frutos de la tierra para que a nadie falte el pan de cada día. Escúchanos, Señor, que confiamos en ti
Se pueden añadir algunas intensiones libres.

Señor, ten piedad de los difuntos, y ábreles la puerta de tu mansión eterna. Movidos por el Espíritu Santo, dirijamos al Padre la oración que Cristo nos enseñó: Padre nuestro...

ORACION
Señor, atiende benignamente las súplicas de tu pueblo; danos luz para reconocer tu voluntad y la fuerza necesaria para cumplirla. Por Nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo. Amén

CONCLUSIÓN
V. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna.
R. Amén.



LAUDES

Domingo en la mañana

SALUDO INICIAL
V. Señor abre mis labios.
R. Y mi boca proclamará tu alabanza.

Pueblo del Señor, rebaño que Él guía, bendice a tu Dios. Aleluya.

Salmo 94
Venid, aclamemos al Señor,
demos vítores a la Roca que nos salva;
entremos a su presencia dándole gracias,
aclamándolo con cantos.

Porque el Señor es un Dios grande,
soberano de todos los dioses:
tiene en su mano las simas de la tierra,
son suyas las cumbres de los montes.
Suyo es el mar, porque él lo hizo,
la tierra firme que modelaron sus manos.

Venid, postrémonos por tierra,
bendiciendo al Señor, creador nuestro.
Porque él es nuestro Dios,
y nosotros su pueblo,
el rebaño que él guía.

Ojalá escuchéis hoy su voz:
"No endurezcáis el corazón como en Meribá,
como el día de Masá en el desierto:
cuando vuestros padres me pusieron a prueba,
y dudaron de mí, aunque habían visto mis obras."

Durante cuarenta años
aquella generación me repugnó, y dije:
"Es un pueblo de corazón extraviado,
que no reconoce mi camino;
por eso he jurado en mi cólera
que no entrarán en mi descanso."

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.

HIMNO
Cristo, el Señor,
como la primavera,
como una nueva aurora,
resucitó.

Cristo, nuestra Pascua,
es nuestro rescate,
nuestra salvación.

Es grano en la tierra,
muerto y florecido,
tierno pan de amor.

Se rompió el sepulcro,
se movió la roca,
y el fruto brotó.

Dueño de la muerte,
en el árbol grita
su resurrección.

Humilde en la tierra,
Señor de los cielos,
su cielo nos dio.

Ábranse de gozo
las puertas del Hombre,
que al hombre salvó.

Gloria para siempre
al Cordero humilde
que nos redimió. Amén.

SALMODIA
Ant. 1. Bendito el que viene en nombre del Señor. Aleluya.

Salmo 117
Dad gracias al Señor porque es bueno,
porque es eterna su misericordia.

Diga la casa de Israel:
eterna es su misericordia.

Digan los fieles del Señor:
eterna es su misericordia.

En el peligro grité al Señor,
y me escuchó poniéndome a salvo.

El Señor está conmigo: no temo;
¿qué podrá hacerme el hombre?

El Señor está conmigo y me auxilia,
veré la derrota de mis adversarios.

Mejor es refugiarse en el Señor
que fiarse de los hombres,
mejor es refugiarse en el Señor
que confiar en los magnates.

Todos los pueblos me rodeaban,
en el nombre del Señor los rechacé;
me rodeaban cerrando el cerco,
en el nombre del Señor los rechacé;

me rodeaban como avispas,
ardiendo como fuego en las zarzas,
en el nombre del Señor los rechacé.

Empujaban y empujaban para derribarme,
pero el Señor me ayudó;
el Señor es mi fuerza y mi energía,
él es mi salvación.

Escuchad: hay cantos de victoria
en las tiendas de los justos:
"La diestra del Señor es poderosa,
la diestra del Señor es excelsa,
la diestra del Señor es poderosa."

No he de morir, viviré
para contar las hazañas del Señor.
Me castigó, me castigó el Señor,
pero no me entregó a la muerte.

Abridme las puertas del triunfo,
y entraré para dar gracias al Señor.

Esta es la puerta del Señor:
los vencedores entrarán por ella.

Te doy gracias porque me escuchaste
y fuiste mi salvación.

La piedra que desecharon los arquitectos
es ahora la piedra angular.

Es el Señor quien lo ha hecho,
ha sido un milagro patente.

Este es el día en que actuó el Señor:
sea nuestra alegría y nuestro gozo.

Señor, danos la salvación;
Señor, danos prosperidad.

Bendito el que viene en nombre del Señor,
los bendecimos desde la casa del Señor;
el Señor es Dios: él nos ilumina.

Ordenad una procesión con ramos
hasta los ángulos del altar.

Tú eres mi Dios, te doy gracias;
Dios mío, yo te ensalzo.

Dad gracias al Señor porque es bueno,
porque es eterna su misericordia.

Ant. 1. Bendito el que viene en nombre del Señor.

Ant. 2. Cantemos un himno al Señor nuestro Dios. Aleluya.

Cántico
Dn 3, 52-57
Bendito eres, Señor, Dios de nuestros padres:
a ti gloria y alabanza por los siglos.

Bendito tu nombre, Santo y glorioso:
a Él gloria y alabanza por los siglos.

Bendito eres en el templo de tu santa gloria:
a ti gloria y alabanza por los siglos.

Bendito eres tú, que sentado sobre querubines
sondeas los abismos:
a ti gloria y alabanza por los siglos.

Bendito eres en la bóveda del cielo:
a ti honor y alabanza por los siglos.

Creaturas todas del Señor, bendecid al Señor,
ensalzadlo con himnos por los siglos.

Ant. 2. Cantemos un himno al Señor nuestro Dios. Aleluya.

Ant. 3. Alabad al Señor por su inmensa grandeza. Aleluya.

Salmo 150
Alabad al Señor en su templo,
alabadlo en su augusto firmamento.

Alabadlo por sus obras magníficas,
alabadlo por su inmensa grandeza.

Alabadlo tocando trompetas,
alabadlo con arpas y cítaras,

alabadlo con tambores y danzas,
alabadlo con trompas y flautas,

alabadlo con platillos sonoros,
alabadlo con platillos vibrantes.

Todo ser que alienta, alabe al Señor.

Ant. 3. Alabad al Señor por su inmensa grandeza. Aleluya.

LECTURA BÍBLICA
(Ez. 36, 25-27)
Derramaré sobre vosotros un agua pura que os purificará: de todas vuestras inmundicias e idolatrías os he de purificar; y os daré un corazón nuevo, y os infundiré un espíritu nuevo; arrancaré de vuestra carne el corazón de piedra, y os daré un corazón de carne. Os infundiré mi espíritu, y haré que caminéis según mis preceptos, y que guardéis, y cumpláis mis mandatos.

RESPONSORIO BREVE
V. Te damos gracias, ¡oh Dios!, invocando tu nombre.
R. Te damos gracias, ¡oh Dios!, invocando tu nombre.

V. Pregonando tus maravillas.
R. Invocando tu nombre.

V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R. Te damos gracias; ¡oh Dios!, invocando tu nombre.

CANTICO EVANGELICO
Ant. Proclame mi alma tu grandeza Dios mío.
Cántico a Zacarías


PRECES
Invoquemos, hermanos, a nuestro Salvador, que ha venido al mundo para ser "Dios-con-nosotros", y digámosle confiadamente:

Señor Jesús, rey de la gloria, sé tú nuestra luz y nuestro gozo.

Señor Jesús, sol que nace de lo alto y primicia de la humanidad resucitada,haz que siguiéndote a ti no caminemos nunca en sombras de muerte, sino que tengamos siempre la luz de la vida. Señor Jesús, rey de la gloria, sé tú nuestra luz y nuestro gozo.
Que sepamos descubrir, Señor, cómo todas las creaturas están llenas de tus perfecciones, para que así, en todas ellas, sepamos contemplarte a ti. Señor Jesús, rey de la gloria, sé tú nuestra luz y nuestro gozo.
No permitas, Señor, que hoy nos dejemos vencer por el mal, antes danos tu fuerza para que venzamos al mal a fuerza del bien. Señor Jesús, rey de la gloria, sé tú nuestra luz y nuestro gozo.
Tú que, bautizado por Juan en el Jordán, fuiste ungido con el Espíritu Santo, asístenos durante este día para que actuemos movidos por este mismo Espíritu. Señor Jesús, rey de la gloria, sé tú nuestra luz y nuestro gozo.

Se pueden añadir algunas intenciones libres.

Por Jesús nos llamamos y somos hijos de Dios; por ello nos atrevemos a decir: Padre nuestro.

ORACION
Dios todo poderoso y eterno, que gobiernas a un tiempo cielo y tierra, escucha paternalmente las súplicas de tu pueblo y haz que los días de nuestra vida transcurran en tu paz. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.

CONCLUSIÓN
V. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna.
R. Amén.


II° VISPERAS

Domingo por la tarde

SALUDO INICIAL
V. Señor abre mis labios.
R. Y mi boca proclamará tu alabanza.

HIMNO
¿Dónde está muerte, tu victoria?
¿Dónde está muerte, tu agijón?
Todo es destello de su gloria,
clara luz, resurrección.

Fiesta es la lucha terminada,
vida es la muerte del Señor,
día la noche engalanada,
gloria eterna de su amor.

Fuente perene de la vida,
luz siempre viva de su don,
Cristo es ya vida siempre unida
a toda vida en aflicción.

Cuando la noche se avecina,
noche del hombre y su ilusión,
Cristo es ya luz que lo ilumina,
sol de su vida y corazón.

Demos al Padre la alabanza,
por Jesucristo, Hijo y Señor,
dénos su Espíritu esperanza
viva y eterna de su amor. Amén.

SALMODIA
Ant.1. Cristo es sacerdote eterno según el rito de Melquisedec. Aleluya.

Salmo 109
Oráculo del Señor a mi Señor:
"Siéntate a mi derecha,
y haré de tus enemigos
estrados de tus pies."

Desde Sión extenderá el Señor
el poder de tu cetro:
somete en la batalla a tus enemigos.

"Eres príncipe desde el día de tu nacimiento,
entre esplendores sagrados;
yo mismo te engendre, como rocío,
antes de la aurora."

El Señor lo a jurado y no se arrepiente:
"Tú eres sacerdote eterno
según el rito Melquisedec".

El Señor a tu derecha, el día de su ira, quebrantará a los reyes.

En su camino beberá del torrente,
por eso levantara la cabeza.

Ant.1. Cristo es sacerdote eterno según el rito de Melquisedec. Aleluya.

Ant. 2. Nuestro Dios está en el cielo, y lo que quiere lo hace. Aleluya.

Salmo 113
No a nosotros, Señor, no a nosotros,
sino a tu nombre da la gloria;
por tu bondad, por tu lealtad;
¿por que han de decir las naciones:
"Dónde está tu Dios?"

Nuestro Dios está en el cielo,
lo que quiere lo hace.
Sus ídolos, en cambio, son plata y oro, hechuras de manos humanas:

tienen boca, y no hablan;
tienen ojos, y no ven;
tienen orejas, y no oyen;
tienen nariz, y no huelen;

tienen manos, y no tocan;
tienen pies, y no andan;
no tiene voz su garganta:
que sean igual los que lo hacen,
cuantos confían en ellos.

Israel confía en el Señor:
es su auxilio y su escudo.
La casa de Aarón confía en el Señor:
él es su auxilio y su escudo.
Los fieles del Señor confían en el Señor:
él es su auxilio y su escudo.

Que el Señor se acuerde de nosotros y nos bendiga,
bendiga la casa de Israel,
bendiga la casa de Aaron,
bendiga a los fieles de Señor,
pequeños y grandes.

Que el Señor os acreciente,
a vosotros y a vuestros hijos;
benditos seáis del Señor, que hizo el cielo y la tierra.
El cielo pertenece al Señor, la tierra se la ha dado a los hombres.

Los muertos ya no hablan al Señor,
ni los que bajan al silencio.
Nosotros, si, bendeciremos al Señor ahora y por siempre.

Ant. 2. Nuestro Dios está en el cielo, y lo que quiere lo hace. Aleluya.

Ant. 3. Alabad al Señor sus siervos todos, pequeños y grandes. Aleluya.

Cántico
Ap. 19, 1-7
Aleluya.
La salvación, y la gloria, y el poder son de nuestro Dios. Aleluya.

Porque sus juicios son verdaderos y justos. Aleluya.

Aleluya.
Alabad al Señor sus siervos todos. Aleluya.

Los que le teméis pequeños y grandes. Aleluya.

Aleluya.
Porque reina el Señor, nuestro Dios, dueño de todo. Aleluya.
Alegrémonos y gocemos y démosle gracias. Aleluya.

Aleluya.
Llegó la boda del cordero. Aleluya.
Su esposa se ha embellecido.
Aleluya.

Ant. 3. Alabad al Señor sus siervos todos, pequeños y grandes.

LECTURA BÍBLICA
(2° TS. 2,13-14)
Nosotros debemos dar continuamente gracias a Dios por vosotros, hermanos, a quienes tanto ama el Señor. Dios os eligió desde toda la eternidad para daros la salud por la santificación que obra el Espíritu y por la fe en la verdad. Con tal fin os convocó por medio del mensaje de la salud, anunciado por nosotros, para daros la posesión de la gloria de nuestro Señor Jesucristo.

RESPONSORIO BREVE
V. Nuestro Señor es grande y poderoso.
R. Nuestro Señor es grande y poderoso.

V. Su sabiduría no tiene medida.
R. Grande y poderoso.

V. Gloria al Padre, al Hijo, y al Espíritu Santo.
R. Nuestro Señor es grande y poderoso.

CÁNTICO EVANGÉLICO
Ant. Nuestro Señor es grande y poderoso.
Cántico de la Santísima Virgen María

PRECES
Demos gloria y honor a Cristo, que puede salvar definitivamente a los que por medio de él se acercan a Dios, porque vive para interceder en su favor, y digámosle con plena confianza:

Acuérdate, Señor, de tu pueblo

Señor Jesús, sol de justicia que iluminas nuestras vidas, al llegar al umbral de la noche te pedimos por todos los hombres que todos lleguen a gozar eternamente de tu luz. Acuérdate, Señor, de tu pueblo
Guarda, Señor, la alianza sellada con tu sangre y santifica a tu iglesia para que sea siempre inmaculada y Santa. Acuérdate, Señor, de tu pueblo
Acuérdate de esta comunidad aquí reunida, que tú elegiste para morada de tu gloria. Acuérdate, Señor, de tu pueblo
Que los que están en camino tengan un viaje feliz y regresen a sus hogares con salud y alegría. Acoge, Señor, a tus hijos difuntos y concédeles tu perdón y la vida eterna. Acuérdate, Señor, de tu pueblo
Se pueden añadir algunas intenciones libres.

Terminemos nuestras preces con la oración que Cristo nos enseñó: Padre Nuestro.

ORACION
Señor Jesús, al finalizar nuestra oración vespertina consagramos a tu santa majestad los afectos e inspiraciones que nos concediste a lo largo del día para que enriquecidos bajo la luz de tu mirada alcancen nuevos beneficios. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.

CONCLUSIÓN
V. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna.
R. Amén.


Artículo enviado por:
Jesús Manuel Cedeira Costales.

Fuente:
Catholic.net


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