17 de mayo de 2020
Hermano:
Debemos vivir en la luz divina, en la confianza divina, en la fuerza divina.
Para evitar equívocos, conviene notar que la misericordia de Jesús no se manifiesta poniendo entre paréntesis la ley moral.
Para Jesús el bien es bien y el mal es mal.
La misericordia no cambia la naturaleza del pecado, pero lo quema en un fuego de amor.
Este efecto purificador y sanador se realiza si hay en el hombre una correspondencia de amor, que implica el reconocimiento de la ley de Dios, el arrepentimiento sincero, el propósito de una vida nueva.
Enviado por:
Jesús Manuel Cedeira Costales.
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