Del evangelio de san Lucas 2, 15-17
Los pastores se decían los unos a los otros: vamos a Belén... y hallaron a María y a José y al niño echado en el pesebre.
La vida del hombre está sujeta a muchas dificultades que en ocasiones son para él causa de sufrimiento. Dios Padre no es insensible a nuestro llanto y en Él hay un deseo de consolar.
El consuelo de Dios es Cristo, nacido de la Virgen, que perdona nuestras culpas y cura nuestras enfermedades.
Cristo es la cabeza de la Iglesia, y la Iglesia es la Ciudad Santa de Dios. María es imagen y figura de la Iglesia. En ella Dios Hijo se posó.
La Iglesia nos da a Cristo por medio de los sacramentos, como en otro tiempo la Virgen nos lo dio en la pobreza de nuestra carne.
La Iglesia y María consuelan al hombre dándole a Jesús, en quien encontramos la alegría y la paz que brotan de su resurrección.
El constantemente nos dice: "los que estáis cansados y agobiados venid a mí".
Artículo enviado por:Jesús Manuel Cedeira Costales
Fuente:http://www.santuariodecovadonga.com
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