Del evangelio de san Juan 19, 25-2
Junto a la cruz de Jesús estaba su madre, la hermana de su madre, María, la de Cleofás, y María la Magdalena. Jesús al ver a su madre y cerca al discípulo a quien tanto quería, dijo su madre: "Mujer, ahí tienes a tu hijo". Luego dijo al discípulo: "Ahí tienes a tu madre". Desde aquella hora, el discípulo la recibió en su casa.
Por la fe y el bautismo el cristiano es miembro del cuerpo místico de Cristo que es la Iglesia y ésta nace del costado de Jesús, nuevo Adán, "dormido" en el árbol de la cruz. A la Iglesia Jesús le di-ce como en otro tiempo Adán a Eva, "tú sí que eres hueso de mis huesos y carne de mi carne".
María es la Virgen madre del Señor y Jesús al nacer de María se ha hecho nuestro hermano; María es nuestra Madre porque nosotros somos, por el bautismo, miembros del Cuerpo de su Hijo.
En la cruz la Virgen recibió de su Hijo Jesucristo un encargo maternal: ser madre de los que son de Cristo. A nosotros nos toca acogerla en la casa de nuestra vida.
Artículo enviado por: Jesús Manuel Cedeira Costales
Fuente: http://www.santuariodecovadonga.com
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