Del evangelio de san Lucas l, 39.4345
En aquel tiempo, María se puso en camino y fue aprisa a la montaña, a un pueblo de Judá; entró en casa de Zacarías y saludó a Isabel... Se llenó Isabel del Espíritu Santo y dijo a voz en grito... ¡Dichosa tu que has creído!, porque lo que te ha dicho el Señor se cumplirá.
La fe es un don de Dios y ésta brota de la predicación de la Palabra, Cómo van a creer, afirmará san Pablo, si nadie les predica. María es la mejor de las oyentes ya que puso su fe en la Palabra de Dios que escuchó de boca del ángel.
La Palabra escuchada en ella se hizo carne. Jesús fruto bendito de su vientre, Palabra escuchada y creída, fue siempre para ella un gran misterio saboreado por medio de una meditación sosegada.
La Virgen, fuente limpia de la fe, traza para nosotros un camino creyente.
Artículo enviado por: Jesús Manuel Cedeira Costales
Fuente: http://www.santuariodecovadonga.com
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