Una historia de fe: culto público y fraternidad
Nuestra cofradía se ha dedicado a promover el culto público procesional, que debe ser siempre el fruto externo de una profunda vida interior.
Los cofrades deben de saber, que muchas de las personas que ven nuestra Estación de Penitencia en la calle, apenas tienen otra experiencia religiosa y otro contacto con la Iglesia. Esto aumenta nuestra responsabilidad.
(Cristo y la Virgen María no están en las luces, ni en las flores, ni en los bordados, sino en el esplendor de la fe, de la piedad, y la caridad de los cofrades) .
Al cofrade de hoy, se le pide una coherencia entre fe y vida, entre actos externos y espiritualidad interior. Esta es la fuerza que mantienen viva la historia cofrade.
Un rico patrimonio espiritual y material
El cofrade debe de conocer su historia y patrimonio, tiene que ser una persona formada al servicio de su hermandad.
Los objetos y las formas, tan ricas en nuestra Estación de Penitencia, alcanza su pleno sentido, al servicio de la evangelización, son instrumentos para interpelar a quienes, creyentes o no, las contemplan.
La procesión, cuando se hace con devoción, buenas obras y oración deben de ser una llamada de fe, para los que nos observan.
El rico patrimonio de las personas
La mayor riqueza de una hermandad la constituyen sus hermanos.
La seriedad con el compromiso cofrade será el primer rasgo que los defina, la sana convivencia crea hermandad.
Otro rasgo será su colaboración con la cofradía, lo que le obliga a participar en las actividades que realice ésta.
La Junta de Gobierno
En ella es donde recaerá la mayor parte de servicio y dedicación a la cofradía, por ello las personas elegidas deben de servir de estimulo para los demás cofrades, siendo importantes colaboradores de la iglesia.
Un patrimonio material: custodiar una herencia
- Los Estatutos. Son las reglas que van a regular los aspectos esenciales de las mismas: fines, derechos y deberes de los hermanos, indican la dinámica y los actos de elecciones de cargos, cultos, sociales, etc. Es obligación de los hermanos el conocer y el difundir los estatutos.
- Libro de Actas. Es importante el llevar un buen libro de actas, en el que recoger los aspectos más relevantes llevados a cabo del año, palabras del Hermano Mayor, junta de gobierno, listado de hermano, actos litúrgicos, culturales, sociales, obras sociales y todo aquello que sea digno de resaltar.
- La Imagen. Es el símbolo por excelencia del cofrade, infunde fervor religioso, devoción, emoción y posee la mayor función pedagógico-evangélica.
A través de la Imagen se establece el misterioso diálogo entre la persona y Dios.
Los hermanos deben de fomentar la devoción de sus sagrados titulares, así como cuidar en todo momento sus valores estéticos, sus indumentarias sus altares, capillas, ornamentos, etc.
- El Trono. Es el lugar en el que se procesiona la Imagen, hay que cuidarlo y dotarlo de una calidad artística digna.
- La vestimenta cofrade. Es la muestra más evidente de la fraternidad que debe de reinar en la cofradía.
El capirote o faraona permiten al nazareno ir en el anonimato más profundo, sin protagonismo de ninguna clase, solamente ir rezando o en continua conversación con sus sagrados titulares.
- La insignia. Es el signo que identifica a la cofradía, a través de sus elementos se conoce su advocación o historia.
Todo hermano debe de conocer su significado.
- La Estación de Penitencia. Es el acto central, es necesario cuidarlo con esmero, hay que potenciarla así como el resto de actos a lo largo del año.
Artículo enviado por: Jesús Manuel Cedeira Costales
Fuente: http://www.pobreyesperanza.com/archicofradia-formacion.html
No hay comentarios:
Publicar un comentario