Oh María, Virgen de Covadonga Tú resplandeces siempre en nuestro camino como signo de salvación y de esperanza. Tú nos acoges siempre en tu Santa Cueva como Madre amorosa.
Nos encomendamos a Ti, salud de los enfermos, que al pie de la Cruz fuiste asociada al dolor de Jesús manteniendo firme tu fe.
Tú, Salvación del Pueblo Asturiano, sabes de qué tenemos necesidad y estamos seguros de que proveerás para que, como en Caná de Galilea, puedan volver la alegría y la fiesta después de este momento de prueba.
Ayúdanos, Madre bendita de Covadonga, a conformarnos con la voluntad del Padre y a hacer lo que nos diga Jesús, que ha tomado sobre sí nuestros sufrimientos y ha cargado con nuestros dolores para llevarnos, a través de la Cruz, al gozo de la Resurrección.
Amén.
Artículo enviado por:
Jesús Manuel Cedeira Costales
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