20 de mayo de 2020
Hermano:
¡En la humildad, por debajo de todos! ¡En el amor, por encima de todos!
La humildad debe estar a la par con los pensamientos elevados. Sin altas aspiraciones no llegaremos a ser santos.
Te agradezco, Padre, que esto… se lo hayas revelado a los pequeños.
¡Dios eterno y todopoderoso, Señor, Padre celestial!
Vuelve tu mirada misericordiosa hacia nuestro llanto, nuestras miserias y nuestras penas.
Ten piedad de todos los cristianos para los que tu Hijo Único, nuestro Señor bienamado y Salvador, Jesucristo, entregó su propia voluntad en manos de los pecadores y derramó su preciosa sangre sobre la santa cruz.
Por Jesucristo, nuestro Señor, líbranos de todas nuestras penas, de los peligros presentes y futuros, de los rencores, las guerras y las armas, del hambre, de los momentos de angustia y de miseria.
En tu bondad, ilumina y fortalece a nuestros dirigentes religiosos y nuestros gobernantes, para que con sus acciones puedan participar de tu gloria divina, de nuestra salvación, de la paz y del bien de toda la cristiandad.
Concédenos, oh Señor, la paz, una justa unidad en la fe, sin divisiones ni separaciones.
Orienta nuestros corazones a la auténtica penitencia y a la edificación de nuestras vidas.
Enciende en nosotros el fuego de tu amor.
Danos hambre y sed de tu justicia, de modo que, como hijos obedientes, podamos regocijarte con nuestra vida y en la hora de nuestra muerte.
Te rogamos también, oh Dios nuestro, que se haga tu voluntad en nuestros amigos y enemigos, en las personas de buena salud y enfermas, en todos los cristianos afligidos y atribulados, en los vivos y en los difuntos, en nuestras profesiones y empresas, en nuestra vida y nuestra muerte.
Ayúdanos a beneficiarnos de tu gracia en este mundo y que vayamos allá donde estén todos tus elegidos para alabarte, honrarte y glorificarte junto a ellos.
¡Concédenos esto, oh Señor, Padre nuestro celestial!
Enviado por:
Jesús Manuel Cedeira Costales.
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